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Soy Alam Cespedes, un emprendedor, escritor, youtuber y podcaster. Muchos dicen que los milagros no existen, pero yo he experimentado varios en mi vida. Caminar por los senderos que traen paz y prosperidad no es algo sencillo, y estar en paz con uno mismo tampoco lo es. Sin embargo, he aprendido que a través de la oración y la meditación en Dios, se puede lograr.

Soy cristiano, creo en Jesucristo, y he aprendido que el amor verdadero nunca busca lo suyo. También he aprendido a no juzgar, ya que todos estamos propensos a cometer errores. Creo que todos debemos buscar constantemente mejorar en algún aspecto de nuestra vida, encontrándonos a nosotros mismos y a Dios por encima de todo.

Tengo una hija maravillosa, Débora Nicole Cespedes, quien es lo mejor que me ha pasado en la vida. En 2021, perdí a mi querido padre Raúl Cespedes, quien luchó contra la diabetes y no logró ganar la batalla. Su partida me causó un dolor profundo, del cual me tomaron ocho meses recuperarme.

Mi madre, Jhenny Solalinde de Leiva, es la segunda persona que más amo, después de mi hija Débora. Ella siempre ha estado a mi lado, apoyándome con sus oraciones, consejos y amor incondicional. Mi madre es un ejemplo de fortaleza y sabiduría para mí, y siempre me anima a valorar lo que realmente importa en la vida, como la importancia de la familia y la búsqueda constante de Dios.

Estudié derecho y teología, pero no terminé ninguna de las dos carreras. En el futuro, me gustaría estudiar muchas otras cosas para seguir enriqueciendo mi intelecto y crecer como persona.

En 2015, comencé mi aventura en el mundo del internet, un camino que me permitió encontrarme como profesional y darme cuenta de que para emprender un negocio propio se necesitan muchas más cosas de las que inicialmente imaginaba. En 2005, había creado un negocio físico que vendí por motivos personales, y lo mismo ocurrió en 2011. Sin embargo, fue en internet donde realmente descubrí una pasión por este tipo de negocios, y me di cuenta de que era lo que había estado buscando.

Desde que empecé mi negocio en línea, me propuse ayudar a otros emprendedores a alcanzar el éxito. Durante este tiempo, me di cuenta de que en mi país, Paraguay, aún falta una mayor cultura de lectura. Esto lo comprendí porque, en un principio, también me faltaba esa práctica, y fue un aprendizaje que he querido compartir con otros.

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Desde 2015, trabajé día y noche para encontrar formas de ayudar a otros emprendedores, claro, generando ingresos, pero siempre con el objetivo de ser útil a quienes trabajaran conmigo o adquirieran mis productos.

A lo largo de estos años, he invertido una suma importante de mi propio bolsillo, además de esfuerzo, ilusión y dedicación. Una frase que suelo escuchar con frecuencia es: “Ganar dinero en piloto automático”, pero puedo decir con certeza que en esta vida, nada funciona en piloto automático. Cada logro requiere esfuerzo, compromiso y trabajo constante.

Todo lo que uno desea en la vida tiene un costo, y creo que es mejor así, porque de esa manera aprendemos a valorar lo que realmente tenemos. Estoy convencido de que si todos nos esforzamos por tener una vida próspera, podríamos construir un mundo mejor.

Escribir, crear videos y podcasts son actividades que enriquecen el intelecto, y pienso que si más emprendedores se dedican a estas tareas, tendremos más personas capaces de razonar de manera crítica y, en consecuencia, más personas de bien en este mundo.

No creo que todos deban dedicarse a esto, pero sí pienso que puede haber más personas que encuentren una salida laboral en este campo, donde puedan crecer como profesionales. Hay un gran potencial en este tipo de negocio, y muchos pueden beneficiarse al ofrecer su creatividad y conocimientos.

En 2015, me hice una promesa: seguir adelante, no rendirme, y encontrar un negocio que realmente fuera para mí. Sabía que tenía los talentos y habilidades necesarias para crear algo propio, y no paré hasta hoy, que ya tengo mi propio negocio funcionando.

Aunque aún me falta mucho para alcanzar la libertad financiera, tengo las herramientas necesarias para lograrlo. Como director de mi negocio, puedo asegurarte que siempre estaré ofreciendo contenido, servicios y productos de calidad, ya que esa es una de las bases de mi enfoque profesional.

He aprendido que en la vida nadie te regala nada, pero siempre hay personas enviadas por Dios que te extienden una mano cuando más lo necesitas. Por eso, es esencial sembrar lo bueno para luego cosechar lo que hemos sembrado. Siempre trato de demostrar que, cuando te propones algo, no existen obstáculos insuperables.

Finalmente, quiero decirte que soy un apasionado de lo que hago. Ningún sitio como Google, YouTube ni las redes sociales me han dado nada de forma gratuita, y mucho menos mis clientes. Esa es mi mayor satisfacción: haber alcanzado mi meta de crear mi propio negocio con solo la ayuda de Dios. Y es precisamente este mensaje el que quiero transmitirte: ¡Sí se puede!

En el futuro, me gustaría ayudar a emprendedores de todos los niveles, brindándoles apoyo y motivación para que creen sus propios negocios. También deseo ofrecer charlas y recursos para guiarlos en su camino hacia el éxito, capacitando a los emprendedores para que se enfrenten a un mundo competitivo y no se encuentren en una situación vulnerable o sin herramientas para hacerlo.

Espero que sigas visitando nuestro sitio web con regularidad y recuerdes que para quien tiene fe, todo es posible. Te deseo mucho éxito y bendiciones en tu camino.